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Manuel Boglio

No Estamos Preparados



Recientemente comencé a participar de conversaciones en vivo por medio de la red social, “Tiktok.” Cuando abrí mi cuenta de Tiktok por primera vez hace unos años, fue con la intención de crear contenido cristiano corto, e interactuar con otros creadores. Inmediatamente me desanimé cuando descubrí que, para poder crear una audiencia, se necesita postear por lo menos 2-3 videos diarios, entre otras cosas. Lamentablemente, no tengo ni el tiempo, ni los recursos, ni la energía mental para ser un “influencer” cristiano. Pero, sigo usando la aplicación, mayormente para mi propio entretenimiento.

Además de entretenimiento, Tiktok me ha abierto los ojos a ciertos movimientos crecientes en nuestra cultura moderna. Fue aquí donde yo descubrí, por ejemplo, cuán prevalente ha sido la “deconstrucción” en la iglesia en los últimos años, y sobre el crecimiento repentino del cristianismo liberal o progresista. La mayoría de los cristianos nunca se enteran sobre estos temas, pero en lugares como Tiktok, es algo que se habla todos los días. Todos los días alguien crea un video refutando al cristianismo. Todos los días me sale un video sobre un "ex-cristiano," explicando sus razones por abandonar su fe. Hoy me sale un video sobre las contradicciones en la Biblia. Mañana me sale un video sobre el problema del mal. Y, todas estas conversaciones están ocurriendo fuera de nuestros templos, en un lugar en donde la iglesia casi no está presente.

No estoy intentando a motivar a nadie a usar Tiktok. Al contrario, aunque yo la uso, la realidad es que mucho de su contenido es peligroso, se comparte información falsa, y sobretodo es un gasto de tiempo. Pero, mi punto es que en estos momentos se está dando ciertas conversaciones sobre Dios de las cuales no somos partícipes, pero afectan, o reflejan, el rumbo de la sociedad. Los mismos jóvenes que asisten a nuestra iglesia los domingos son los que se conectan y crean o ven estos videos el resto de la semana. Y, el problema no es que los vean. El problema es que lo que se habla allí, no se habla en la iglesia, y por tal razón muchos son descarrilados fácilmente.

Esto es una advertencia que llevo haciendo desde hace muchos años. Como he explicado en escritos anteriores, en estos momentos están ocurriendo ciertos movimientos dentro de la misma iglesia, y la iglesia muchas veces ni se entera, ni se encuentra preparada para responder a ellos. Muy pocos cristianos están preparados para defender su fe, por ejemplo, a pesar de que el mundo sí está preparado para retarla en todo momento. Hace 15 años, cuando primero empecé a hablar sobre la apologética, la reacción principal de las personas a esa palabra siempre fue, "¿Qué es eso? Nunca lo había escuchado." Lamentablemente, 15 años más tarde, esta sigue siendo la reacción de la mayoría de las personas con las que interactúo.


En la iglesia no se habla sobre la defensa de la fe, y la mayoría no lo ven como algo importante. Sin embargo, su necesidad se me hace más clara, cada día. Todos los días me encuentro con cristianos que están luchando con dudas y preguntas sobre Dios, y no saben a dónde acudir para conseguir respuestas. En muchos casos, estas dudas eventualmente crecen y comienzan a destruir su fe, hasta que eventualmente la abandonan por completo, y dejan de creer en Dios. La apologética pudiera ayudar en estos casos, pero lamentablemente el pensar de muchas personas es que "Dios no necesita defensa."

Tienen razón. Dios no necesita defensa. Pero, tú si. Es decir, muchos necesitan respuestas a sus dudas, porque de lo contrario, su fe eventualmente menguará. La apologética también tiene utilidad evangelística ya que muchos no-cristianos se niegan a escuchar el evangelio porque entienden que el cristianismo no tiene evidencia, o no lo encuentran racional creer en Dios. ¿Qué hacemos con estas personas? ¿Las abandonamos a su propio razonamiento bajo la excusa de que están siendo muy intelectuales sobre un asunto espiritual? ¿Dejamos de intentar evangelizar a un sector entero simplemente porque andan buscando respuestas a sus dudas, o razones para creer? Esto no es lo que nos dice la Biblia.


A muchos no les gusta el aspecto intelectual de la fe, o no les interesa, o no lo ven como necesario. Pero, Jesús mismo nos exhorta a amar a Dios “con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37). ¿Se fijaron? No es amar a Dios sólo con nuestro corazón o alma, sino con nuestra mente, también. Es decir, debemos de amar a Dios con todo nuestro ser, lo cual incluye nuestro intelecto. Una fe que carece de lo intelectual es igual de frágil que una fe que carece del amor. Ser “muy intelectual” no es saludable ni productivo para el evangelio, pero tampoco lo es ser completamente emocional o “espiritual.” Se necesita de ambas partes para poder amar a Dios con todo nuestro ser. Por lo tanto, no podemos ignorar el intelecto.


A mi siempre me han acusado de ser muy intelectual en asuntos de la fe. Aunque entiendo por qué lo dicen, la verdad es que duele y me es frustrante porque en realidad yo amo a Dios con todo mi corazón, también. Yo creo en lo espiritual, y reconozco que creer en Dios es una cuestión de fe, principalmente. No es un asunto puramente intelectual. Pero, me mantengo firme en que esa fe tiene que alimentar y ser alimentada por el intelecto, también, ya que, sin eso, muy fácilmente somos engañados, creyendo en cuanta doctrina falsa que escuchamos. Además de esto, algo que la mayoría nunca van a entender sobre mí es que mi vida intelectual es la manera en que yo adoro a Dios. Cuando me siento a estudiar o a escribir sobre algún tema, en mi corazón estoy adorando a Dios, intentanto glorificar Su nombre. Yo canto, oro, y voy a la iglesia. Pero, mi adoración personal se refleja en mi deseo por conocerle, no sólo de corazón, sino con todo mi ser, lo cual incluye mi intelecto.

Pero, este escrito no se trata de mí. Se trata del peligro de una iglesia que carece de una alimentación intelectual. Y, para esto, les quiero ofrecer un ejemplo real de este peligro, a ver si entendemos que no podemos seguir ignorando el intelecto en la iglesia.


Como expliqué, arriba, recientemente comencé a participar en conversaciones en vivo por medio de Tiktok. En esta plataforma, algunos creadores pueden hacer videos en vivo en el cual hablan de lo que quieran, y en ocasiones las personas pueden pedir unirse a la conversación, y hablar con el creador o con otras personas. Es básicamente como llamar a la radio en vivo, con cientos o miles de persona escuchándote hablar, pero con video.

 

Una noche, me salió un video en vivo en el cual el creador decía creer en Dios, pero que no era cristiano. Esto me dio curiosidad, así que decidí unirme a la conversación, y hacerle varias preguntas. Esta experiencia me gustó tanto que en los próximos días decidí hacerlo de nuevo, varias veces. Logré tener una conversación con un ateo de Puerto Rico, la cual duró alrededor de 2 horas. Pero, en mis otros intentos con otros creadores, ellos nunca aceptaron mi petición de unirme a la conversación, así que sólo podía escuchar. Es aquí donde pude escuchar a varios cristianos intentar defender su fe, y lo que escuché me ha dejado asombrado y entristecido.

 

En una ocasión, estuve alrededor de 2 horas escuchando las conversaciones, esperando mi turno (el cual nunca llegó). En esas 2 horas, se unieron varios cristianos para refutar al creador, ateo, de que Dios no existía. El ateo comenzaba cada conversación pidiéndole a los cristianos que le compartieran su mejor evidencia para Dios. Ningún participante pudo ofrecer una sola razón o argumento para defender la existencia de Dios. Pero, esto no es el problema real. El problema real fue la cantidad de cristianos que escuché ese día que carecen de una capacidad básica para expresar lo que creen, o explicar el por qué creen lo que creen.

 

Un cristiano intentó argumentar que Dios es bueno, pero el creador le dijo que Dios no es bueno porque ha hecho muchas cosas malas. El cristiano no sabía cómo responder, hasta que eventualmente dijo, “Es verdad. Dios no puede ser bueno porque un Dios bueno no hubiera destruido al mundo con el Diluvio. Gracias por hacerme entender eso. Me voy para re-evaluar mis creencias.”

 

¿Estás entendiendo la seriedad de lo que acabo de escribir?


Un supuesto cristiano acaba de admitir públicamente que Dios no puede ser bueno, y se fue para re-evaluar su propia fe en ese Dios. El creador ateo no presentó un argumento filosófico expertamente elaborado sobre el problema del mal, creando confusión en el cristiano. No presentó ninguna evidencia contundente en contra del cristianismo. No. Lo único que hizo fue señalar que Dios ha matado a personas en la Biblia, y eso fue suficiente como para provocar dudas en el cristiano. ¿Cómo es eso posible? La razón por la cual es posible es porque seguramente a ese cristiano nunca le habían hablado sobre el Problema del Mal en la iglesia, y por lo tanto no estaba preparado para responder, lo cual lo hizo dudar si sus creencias eran verdad o no.

 

Ese joven no fue el único en hacer tal admisión. Otro cristiano admitió que el concepto de Dios es irracional (sin sentido). Otro cristiano nunca había escuchado que Dios es un Dios celoso, y se fue sorprendido por esta nueva revelación. Cabe notar que este cristiano alegaba haber sido cristiano toda su vida. ¿Cómo es que has sido cristiano toda tu vida, y no sabías que la Biblia enseña que Dios es un Dios celoso? Otro cristiano fue burlado por varios ateos que estaban conectados porque admitió nunca haber leído la Biblia completa. Los ateos se asombraron que esta persona decía ser cristiana, y le exhortaron a que se sentara a leer la Biblia. ¡Qué verguenza! Otro cristiano negó que Jesús es Dios.

 

Puedo seguir dando ejemplos, pero esto debería de ser suficiente. En esos dos días que estuve escuchando estas conversaciones, pude ver un sin-número de cristianos que no conocían su fe, que nunca habían escuchado estos argumentos en contra de la existencia de Dios, que no sabían lo que la Biblia dice sobre ciertos temas, y por lo menos uno que se fue re-evaluando su fe en Dios. Y, lo más sorprendente de todo esto es que ninguno de los ateos presentó argumentos nuevos ni elaborados. El Problema del Mal, por ejemplo, es algo que se ha hablado desde hace miles de años, y muchos cristianos han ofrecido respuestas contundentes. El tema de la esclavitud también es algo que se discute en cientos de libros cristianos. Los argumentos para la existencia de Dios están accesibles fácilmente con una simple búsqueda en “Google.” Y, la Biblia está más accesible hoy que nunca, por medio de nuestros teléfonos.

 

En dos días, pude ver varios cristianos perder su fe en Dios, salir confundidos sobre sus creencias, y en esencia ser humillados públicamente por no saber cómo defender su fe. La verdad es que no entiendo el por qué estas personas decidieron llamar y unirse a esas conversaciones en vivo, si no estaban preparados para eso. Mientras me hago esa pregunta, la respuesta creo que es clara. Muchos llamaron con el deseo genuino de evangelizar a las personas, pero no se esperaban ser confrontados de esta manera. Y, eso es precisamente parte del problema que estoy intentando señalar en este escrito.

 

No estoy diciendo que tenemos que saberlo todo. Tampoco estoy insinuando que yo soy superior a estos cristianos porque he estudiado estos temas. Lo que estoy diciendo es que claramente, la carencia del aspecto intelectual en la iglesia le está haciendo daño a muchos cristianos, y que algunos de ellos, al ser confrontados y no tener respuestas, comienzan a dudar sobre Dios y hasta abandonan su fe en Él.

 

Todo cristiano debería de saber lo que cree, y por qué lo cree. Y, como dice Pedro, todo cristiano debería de “estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1 Pedro 3:15). Esa palabra “defensa,” en griego es “apologia,” de la cual sacamos la “apologética.” Pedro nos está diciendo que todo cristiano necesita estar preparado para defender su fe. Esto es sumamente importante porque, de lo contrario, pasa lo que pasó en esas conversaciones en Tiktok. Cuando un cristiano intentando evangelizar es confrontado sobre su fe, y no sabe cómo responder, el mundo lo ve como ignorante (lo cual no es del todo cierto). El mundo se burla del hecho de que los mismos cristianos no entienden su propia fe, y se preguntan, “¿Cómo ellos pretenden que yo crea en algo que ellos mismos no entienden ni saben explicar?”


La iglesia no puede permitir que sus miembros anden por el mundo sin preparación. Si hacemos esto, estamos fallando la Gran Comisión, la cual nos manda a "haced discípulos a todas las naciones...enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado" (Mateo 28:19-20). La educación y el aprendizaje es parte de la Gran Comisión. No se trata sólamente de predicar el evangelio; se trata de enseñar y discipular. Para esto es que sirve la apologética.


Es necesario preparar y equipar al Cuerpo de Cristo con un conocimiento centrado en la Palabra de Dios. De esta manera, su fe puede ser fortalecida, su relación con Dios enriquecida, y su confianza en lo que están predicando va a crecer. En otras palabras, la alimentación del intelecto en la iglesia es necesario para formar cristianos y cristianas que estén firmes sobre la Roca, que es Cristo; cristianos que no serán “llevados por doquiera de todo viento de doctrina” (Efesios 4:14). Queda claro que nuestra relación con Dios no es principalmente intelectual. No podemos ignorar las emociones y, sobre todo, el espíritu. Nuestra fe no depende de ningún argumento filosófico, ni ninguna evidencia científica. Pero, esto no quiere decir que podemos ignorar el intelecto, por completo. Si hacemos esto, seguirá pasando lo que pasó en esas conversaciones por Tiktok: cristianos caerán en vergüenza ante el mundo, no lograrán convencer a nadie a creer en Cristo, y su propia fe puede ser destruida.

 

Escribo esto con mucha tristeza en mi corazón, y con un sentido de urgencia que se me es imposible poner en palabras. Siempre que escribo, siento que no he logrado captar lo que verdaderamente siento o quiero decir. Pero, espero que Dios use estas palabras imperfectas e incompletas para hablarle a alguien, y despertar a una iglesia que ha estado durmiendo por demasiado tiempo, gracias a la conformidad y comodidad. Las personas se están perdiendo, y necesitamos hacer algo para cambiar eso. Orar, adorar, evangelizar, y no ignorar el intelecto en el proceso.

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