top of page
Buscar
Manuel Boglio

La Falsa Esperanza de la Navidad



Hace algunos días, salió el nuevo “trailer” para la próxima película de Superman, y el día antes publicaron un adelanto del trailer. En ese adelanto, mostraron las caras de diversas personas alrededor de la ciudad mirando al cielo, casi todos asombrados, claramente aludiendo a que todos están viendo a Superman volar. Al final del adelanto nos muestran el eslogan de la película: “Mira para arriba.”

 

Para los que no conocen mucho sobre Superman, este eslogan no parece ser nada extraordinario. Pero, si entendemos que uno de los temas centrales detrás de este personaje es la esperanza, podemos ver que la idea del adelanto es que miremos para arriba, en donde está nuestra esperanza. Superman, en los cómics, es el salvador del mundo, en especial de los indefensos. Pero, esta idea de conectar el mirar hacia arriba con la esperanza no es sólo por el hecho de que Superman vuela, sino que mirar para arriba es siempre ha sido un símbolo de esperanza, por lo menos en los estados unidos. “Keep your head up” se les dice a las personas cuando están tristes o afligidos. “Things are looking up” decimos cuando las cosas parecen estar mejorando, luego de un período de dificultad. Incluso, en Puerto Rico “Mantén la frente en alto” es otra manera de decir, “Sé orgulloso,” o “No te rindas.”


Claramente, esta idea de mirar para arriba en nuestra cultura está conectada con la idea de la esperanza, o el optimismo. Pero ¿por qué? ¿De dónde sale esta conexión? Sería bueno que alguien con más tiempo que yo se sentara a estudiar el origen de este concepto en la cultura. Seguramente tiene raíces religiosas. Como cristiano, cuando escucho estas frases, en especial el eslogan de la película de Superman, inmediatamente me viene a la mente el pasaje bíblico que dice, “Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra” (Salmo 121:1-2).

 

Esta conexión con la Biblia no existe sólo en mi mente. El origen de Superman siempre ha tenido su relación con la Biblia, en particular con la figura de Moisés (los creadores originales eran judíos). Pero, en años recientes, el paralelismo entre Superman y Jesús ha sido más y más claro, en especial con la versión más reciente en la pantalla grande (Man of Steel). Como mencioné arriba, Superman es el salvador del mundo, en especial de los indefensos. Pero, además de esto, Superman no es de este planeta, su padre terrenal no era su padre biológico, los nombres de sus padres terrenales (Jonathan y Martha) además de ser nombres bíblicos, tienen un parecido a José y María (los padres terrenales de Jesús), y murió y resucitó para salvar al mundo (peleando con Doomsday, que es otro nombre para el apocalipsis o el fin del mundo).


Las conexiones entre Superman y Jesús son muchas y sumamente claras, pero existe una gran diferencia que quiero resaltar en este escrito. La idea del adelanto para la próxima película de Superman es promover esta idea de la esperanza. En la película, las personas miran al cielo, buscando a su salvador (Superman), y la intención es que nosotros, los espectadores, también sintamos esa esperanza. Pero ¿en qué sentido esta esperanza la podemos aplicar a nuestras vidas diarias? En otras palabras, ¿en qué está puesta nuestra esperanza? Y, aquí llegamos a la diferencia importante entre Superman y Jesús: La esperanza que Superman provee es una falsa esperanza porque está centrada en un personaje ficticio, mientras que la esperanza que provee Jesús es real porque está centrada en un evento histórico.


Una de las distinciones entre el cristianismo y otras religiones es que la verdad del cristianismo depende de la verdad histórica de ciertos eventos, en especial la muerte y resurrección de Cristo. Por tal razón, Pablo nos dice, “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe” (1 Corintios 15:14). Según Pablo, de nada vale creer en Cristo si realmente no resucitó. La resurrección de Cristo es lo que confirma Su ministerio, Sus enseñanzas, y Su naturaleza. Porque Cristo resucitó, el cristiano puede confiar en que nosotros también algún día resucitaremos, y esto es lo que está al centro de nuestra esperanza.

 

Cuando el cristiano sufre, podemos confiar en que todo estará bien (Romanos 8:28). Cuando el cristiano ora, podemos confiar en que Dios escucha (Filipenses 4:6). Cuando enfrentamos la muerte de un ser querido, el cristiano puede confiar en que algún día lo volveremos a ver (Juan 11:25). Pero, la verdad de todas estas promesas está centrada en si Cristo realmente murió y resucitó por nuestros pecados o no. Si no lo hizo, todo lo que creemos como cristianos es falso, y de nada vale. En otras palabras, vana es nuestra fe.

 

Mientras nos acercamos a la navidad, esta es la esperanza que los cristianos celebramos. Para nosotros, la navidad representa el día de nuestra salvación, cuando nació nuestro Salvador, el mayor regalo y tesoro que Dios nos pudo dar. La navidad representa el comienzo de la eternidad, y la mayor entrega de amor que existe en el mundo entero (Juan 3:16). La navidad es el evangelio, las buenas noticias, el momento en el cual Dios vino al mundo para traernos paz con Él y el perdón por nuestros pecados. A raíz de ese momento, que llegó a su clímax en la muerte y resurrección de Cristo, todo aquel que cree en Jesús tiene la promesa de vida eterna. Esa es nuestra esperanza.

 

Pero, lo interesante de todo esto es que el mundo también celebra la navidad. La navidad no es una celebración puramente cristiana, ni tampoco la esperanza que sentimos en esta época. Aunque las razones principales por la cual el mundo (no-cristiano) celebra la navidad son culturales, también existe un elemento de esperanza para ellos. Por ejemplo, todos los años para este tiempo yo busco algunos cortometrajes cristianos para ver con mis jóvenes en la iglesia, como parte de una dinámica navideña. Aunque por diversas razones no he podido continuar esa tradición como quisiera, este año decidí hacerla con mis estudiantes en donde trabajo. Uno de los cortometrajes que conseguí no era cristiano, como tal, pero era sobre la navidad. En resumen, el cortometraje nos enseña un perro que lleva días esperando por algo o alguien, hasta que finalmente llega Santa Claus, lo baña y lo pone bien lindo, y se lo entrega a un niño como su regalo de navidad. Al parecer, el niño también llevaba tiempo esperando ese momento.


Al final del cortometraje aparece la palabra, “Cree,” lo cual es una temática bastante común en la navidad. “Creer,” en este contexto, es otra forma de decir, “Ten esperanza.” En otras palabras, es una exhortación para seguir creyendo en aquello que llevas esperando, y verás que eventualmente llegará. O, también pudiera verse como una exhortación a creer en la “magia” de la navidad. Aunque no es cristiano, la razón por la cual se lo enseñé a mis estudiantes fue precisamente para preguntarles, ¿Creer en qué? ¿En qué el mundo está supuesto poner su confianza en la navidad para así ser llenos de esperanza? Para un niño, sería Santa Claus. Pero ¿qué tal para el resto del mundo que reconoce que Santa Claus no existe?

 

Fíjense que, por más que alguien “crea” en Santa Claus, esto no va a hacer que sea real (aunque sí fue una figura real en el pasado). Similarmente, por más que uno “crea” que todo va a estar bien en medio de la aflicción, ¿realmente va a estar todo bien? En muchos casos, la respuesta es no. Por más que creamos que recibiremos ese trabajo, no necesariamente lo recibiremos. Por más que creamos que recibiremos el regalo que pedimos, no necesariamente será el caso. La fe, y por consecuencia la esperanza, que no está centrada en algo real es una fe/esperanza falsa. Claro, nos hace sentir bien, pero al final del día no es real.

 

El problema con esta perspectiva es que nadie puede vivir así. Nadie puede vivir esta vida, con tanto dolor y sufrimiento, sin creer que eventualmente todo estará bien. En otras palabras, la vida necesita la esperanza. Por esta razón es que tenemos películas como la de Superman, y personajes como Santa Claus. El mundo reconoce que necesita esperanza, y en la ausencia de un fundamento real para esa esperanza, el mundo simplemente inventa razones para tenerla. El mundo necesita a Superman; necesita a Santa Claus. Y, por esta razón se celebra la navidad, con o sin Cristo (es decir, sea creyente o no).

 

Sin embargo, como dijo Pablo, si Cristo no resucitó nuestra fe es vana. Dicho de otra forma, si Jesús realmente no nació hace alrededor de 2,000 años, la navidad no tiene ningún sentido. Si Jesús no nació, murió y resucitó por nuestros pecados, no existe esperanza. Sin Cristo, estamos viviendo una ilusión que nos hace sentir bien. Cuando veo películas como las de Superman, entonces, sirve para recordarme lo mucho que el mundo anda buscando razones para “creer.” Todo el mundo necesita creer en algo para poder tener un poco de paz. En la ausencia de esto, muchas personas lo que hacen es que terminan quitándose la vida, lamentablemente. La falta de esperanza es destructiva para la vida.

 

Algunos quizás estén pensando, “Eso mismo hacen los cristianos. La iglesia inventó la historia de Jesús precisamente porque necesitamos algo en qué creer y sentirnos bien.” Esto es un pensamiento entendible, pero erróneo por diversas razones, la principal siendo que tenemos evidencia contundente de que Jesús realmente nació, murió, y resucitó. En contraste, no tenemos ninguna evidencia para la existencia de Superman o Santa Claus, ni nada parecido. La realidad del caso es que la navidad, para el mundo, provee una falsa esperanza porque no está fundamentada en nada real. Aunque se escuche increíblemente pesimista decirlo, tenemos que decirlo.


El mundo necesita darse cuenta de que lo que andan buscando existe en Jesús, y que fuera de Jesús sólo andamos viviendo una ilusión. El mundo necesita entender que la única manera en que el ser humano puede tener una esperanza real de que, por ejemplo, todo va a estar bien o que la muerte no es el final es si Cristo realmente nació, murió, y resucitó. Y, el mundo necesita entender que, además de ser un asunto de fe, también existen razones (evidencia) reales para creer que la historia de Jesús realmente ocurrió. Santa Claus provee una esperanza temporera que, en muchas ocasiones, es destruida cuando enfrentamos la realidad. Pero, Jesucristo provee una esperanza eterna, centrada en una persona real y una serie de eventos reales, la cual no puede ser destruida, pase lo que pase en esta vida.

 

Paz, gozo, y esperanza. Eso es la navidad. Y, sólo lo podemos tener, genuinamente, en Cristo.

2 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Seamos Niños

Comments


bottom of page