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Manuel Boglio

La Esclavitud en la Biblia


Uno de los grandes argumentos en contra de la Biblia es la presencia de versos que parecen aprobar de la esclavitud. “Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales” (Colosenses 3:22). “Enseña a los esclavos a someterse en todo a sus amos” (Tito 2:9). “Asegúrate de que tus esclavos y esclavas provengan de las naciones vecinas; allí podrás comprarlos” (Levítico 25:44).


Para muchos, estos pasajes son evidencia de que la Biblia no puede ser inspirada por Dios, mucho menos el Dios de amor que el cristianismo enseña. Claramente, según estas personas, la Biblia es un libro humano, el cual refleja la cultura en la que fue escrita. Por tal razón, no debemos de tratarla como un libro infalible (libre de error), ni debemos de regirnos por ella completamente. Al contrario, la Biblia contiene enseñanzas que hoy día sabemos que son inmorales (como la esclavitud), y por tal razón no debería de ser la base para nuestra moralidad.

 

Cabe notar que, para el cristiano, la base de nuestra moralidad no es la Biblia, sino Dios. Pero, echando ese punto hacia un lado, el problema es claro. El cristiano entiende que la Biblia es Palabra de Dios. La mayoría de nosotros creemos que es infalible, y que podemos confiar en ella plenamente. La Biblia es el centro de toda enseñanza cristiana, y también sirve como un fundamento para muchas enseñanzas en la sociedad. Pero, si la Biblia realmente aprueba de la esclavitud, ¿cómo podemos seguir afirmando todas estas cosas? ¿Realmente es infalible, si enseña algo que sabemos que es malo? ¿Realmente puede ser inspirada por Dios si promueve una práctica tan horrible como la esclavitud? Y, si no podemos confiar en ella para algunas cosas, ¿cómo podemos confiar en ella para otras? En otras palabras, si la Biblia realmente aprueba de la esclavitud como algo bueno, y nos dice que Dios mismo es quien la aprueba, tenemos que concluir una de dos cosas: 1) O la Biblia no es Palabra de Dios; 2) O Dios no es bueno. Sea como sea, la esclavitud en la Biblia es uno de los argumentos más grandes en contra de la Biblia y del cristianismo.

 

La pregunta, entonces, es, ¿La Biblia aprueba de la esclavitud?


Para contestar esa pregunta, primero debemos de definir nuestros términos. ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de la esclavitud? Usualmente, cuando pensamos en un esclavo, la imagen que nos viene a la mente es el de una persona negra siendo abusada y maltratada, forzada a trabajar para su amo (usualmente una persona blanca). La razón por la cual esta es la imagen común de un esclavo es porque, cuando hablamos de la esclavitud en un contexto moderno, por lo general de lo que estamos hablando es de la esclavitud que ocurrió en el occidente entre el 1600-1800. La palabra “esclavo” tiene esta connotación, por lo menos en esta parte del mundo, porque esta versión de la esclavitud es la que conocemos. Esta es la esclavitud que todo el mundo reconoce que es inmoral, y la que muchos cristianos practicaron en los estados unidos. Tenemos libros, películas, obras de teatro, arte, y mucho más que están centrados en este concepto de la esclavitud porque, para la mayoría de nosotros, esta es la única esclavitud que conocemos.


Aún recuerdo cómo, de niño en la escuela, nos pusieron a ver la película “The Color Purple,” la cual muestra el abuso y la violación de una mujer negra criada en Georgia para los tiempos de la esclavitud, y cómo esas imágenes se quedaron conmigo toda mi vida. Es posible que esté mezclando memorias de diferentes películas, pero el punto es que, desde niño, se me enseñó sobre la esclavitud, y esta es la imagen que nos pintaron. Cuando hablamos de la esclavitud, entonces, de esto estamos hablando. Y, esta esclavitud tiene 3 elementos esenciales:

 

1) Era forzada

2) Usualmente era en base del color de piel (especialmente las personas negras)

3) Los esclavos no tenían ciertos derechos humanos, lo cual permitía su abuso, maltrato, violación, y opresión.

 

En palabras sencillas, los esclavos no eran considerados humanos, mucho menos humanos de valor. Muchos los consideraban animales o salvajes, y aun muchos cristianos creían que estas personas nacieron para ser esclavos. Algunos veían a la esclavitud como algo bueno, de hecho, porque a través de ella podían conocer el evangelio (ya que sus amos eran supuestos cristianos). ¡Qué horrible!

 

Entendiendo estos 3 elementos esenciales de la esclavitud, podemos ir a la Biblia y ver lo que nos dice, para así contestar la pregunta central de este escrito. ¿La Biblia aprueba de la esclavitud? Por un lado, leyendo versos como los que cité, arriba, es muy tentador contestar que sí, y cerrar el tema. Pero, muy pocas cosas son tan sencillas. No seré exhausto sobre el tema de la esclavitud en este escrito, pero sí quiero resaltar algunos puntos sumamente importantes.

 

Primero, aunque la mayoría de las Biblias utilizan la palabra “esclavo,” la realidad es que esta palabra no existía en el tiempo en que la Biblia fue escrita. La Palabra que muchos traducen como “esclavo” en la Biblia es “ebed” (en hebreo), y “doulos” (en griego). Ambas palabras literalmente significan “siervo,” y pocas veces se utiliza para referirse a lo que hoy día conocemos como “esclavos.” Por ejemplo, cuando Dios llama a Samuel, Samuel responde, “Habla, SEÑOR, que tu siervo escucha” (1 Samuel 3:9; énfasis mío). Similarmente, Jesús nos dice que vino “para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28; énfasis mío). Y, Pablo comúnmente se identifica como “siervo de Cristo Jesús” (Romanos 1:1; énfasis mío). En cada uno de estos pasajes, la palabra que se está usando es ebed o doulos.


Cuando los traductores de la Biblia deciden utilizar la palabra “esclavo” en vez de “siervo,” entonces, están tomando una decisión interpretativa. La Biblia no habla de esclavos, como los conocemos hoy, sino de siervos. Y, debido a sus connotaciones, el uso de esta palabra puede crear una imagen de la esclavitud en la mente del lector que los autores de la Biblia no estaban promoviendo. No estoy diciendo que la esclavitud no existía para tiempos bíblicos. Sólo estoy diciendo que, cuando leemos estos pasajes bíblicos que hablan sobre la esclavitud, es un error interpretarlos a través del lente de nuestro concepto moderno de la esclavitud.

 

Segundo, existen unas diferencias importantes entre la esclavitud bíblica y la esclavitud moderna. Por ejemplo, Éxodo 21:16 dice, “El que secuestre a otro y lo venda, o al ser descubierto lo tenga aún en su poder, será condenado a muerte.” En otras palabras, la Biblia prohíbe explícitamente la esclavitud forzada. No era permitido secuestrar a nadie para venderlo como esclavo. Ni tan siquiera era permitido tener un esclavo en tu posesión que había sido secuestrado y vendido como esclavo. Ambas prácticas eran castigadas por la condena de muerte, lo cual es la condena más severa que se podía dar. Este verso singular condena plenamente la esclavitud practicada en la gran mayoría del mundo, pero en especial aquella practicada en el occidente entre los 1600-1800. Conocida como “chattel slavery,” las personas eran compradas y secuestradas de su tierra natal (África), llevadas en contra de su voluntad a los estados unidos bajo condiciones infrahumanas, y obligados a ser esclavos por el resto de sus vidas. Los esclavos en ese tiempo no eran considerados humanos, sino animales o mera propiedad. Por tal razón, un amo podía hacer lo que se le diera la gana con su esclavo, con poca o ninguna consecuencia alguna. Sin embargo, el pasaje de Éxodo nos deja claro que esto no era permitido, y por tal razón queda claro que no estamos hablando de la misma práctica.

 

Otra diferencia notable era la prohibición del abuso y el asesinato de un esclavo (Éxodo 21:20; 26-27). Algunos interpretan estos pasajes como un permiso para golpear al esclavo, siempre y cuando no sea extremo. Pero, esto no es lo que nos está diciendo. El lenguaje de “ojo” o “diente” era un lenguaje común en aquel entonces para referirse al bienestar o la totalidad de la persona. Este pasaje, entonces, es una prohibición absoluta del maltrato de los esclavos, y la consecuencia por maltratar algún esclavo era que el esclavo quedaría en libertad. Si el amo mataba a un esclavo, también sería castigado (no nos detalla la naturaleza del castigo, pero en otros pasajes nos habla de “vida por vida,” lo cual implica que sería la condena de muerte, también). Esto es radicalmente distinto a la esclavitud descrita arriba, la cual se practicaba en los estados unidos y otras partes del mundo. Recordemos que, en esa esclavitud, el esclavo podía ser maltratado, violado, oprimido, y asesinato, con poca o ninguna consecuencia para el amo. La Biblia, sin embargo, prohíbe esto directamente.

 

Una última diferencia es que la esclavitud en la Biblia no tenía nada que ver con el color de piel. De hecho, este concepto de “raza” es un invento relativamente reciente que no existía en tiempos bíblicos. Los autores y personajes bíblicos son casi todos del medio-oriente y sus alrededores, y la mayoría tenía color de piel oscuro. Por lo tanto, claramente la esclavitud en la Biblia no tenía nada que ver con el color de piel ni la raza. Por tal razón, no tenemos ningún verso que nos habla sobre esto.

 

Podemos ver, entonces, que ninguno de los 3 elementos esenciales de la esclavitud moderna existía en la esclavitud bíblica. Sencillamente, no se está hablando de lo mismo. Por lo tanto, cuando preguntamos si la Biblia aprueba de la esclavitud, la respuesta correcta es, no. De hecho, es por esta razón que los esclavizadores “cristianos” crearon una Biblia especial para los esclavos, la cual omitía estos versos, y cualquier otro verso que pudiera ser usado para defender los derechos de los esclavos, o para incitar su deseo por ser libres. Los esclavizadores podían reconocer que la Biblia estaba directamente en contra de la esclavitud que ellos estaban practicando, y por tal razón vieron necesario omitir estas partes de la Biblia. Nuevamente, entonces, queda más que claro que la Biblia no aprueba de la esclavitud, y que los mismos esclavizadores (a pesar de que utilizaron la Biblia para justificar esa esclavitud) podían reconocer esto.

 

Ahora bien, aun con estas diferencias, la Biblia no queda completamente eximida del problema de la esclavitud. Aunque es un tipo de esclavitud distinta a la cual pensamos cuando hablamos de la esclavitud, podríamos argumentar que cualquier tipo de esclavitud es inmoral, aunque no sea tan malvada como aquella practicada en los estados unidos en el pasado. Esto es una afirmación un poco controversial ya que existen muchas prácticas que, técnicamente, caen bajo la categoría de la esclavitud, con la cual no tenemos ningún problema. Por ejemplo, en los estados unidos se permite, como parte de su castigo, requerir a los prisioneros convictos a trabajar con poco o ninguna recompensa. Esto, por definición, es esclavitud. Así, que, aunque pensamos que la esclavitud en los estados unidos ha sido erradicada, esto no es cierto.

 

Pero, no quisiera entrar en tecnicismos, ni entrar en un debate sobre qué tipo de esclavitud es o no es aceptable, si alguna. Digamos que es correcto que cualquier tipo de esclavitud es inmoral. La pregunta es, ¿Por qué Dios no la prohibió? Si la Biblia es Su Palabra, hubiera sido muy fácil erradicar esta práctica tan horrible, simplemente con decirnos que no la practiquemos. Aquí, entonces, necesito resaltar 3 puntos bien importantes.

 

Primero, la Biblia no es un libro de reformación social. Debemos de recordar que el propósito principal de la Biblia es contarnos la historia de la relación entre Dios y Su pueblo, con el propósito redentor de que las personas crean en Él y sean salvas. Por tal razón, aunque la Biblia sí habla sobre la moralidad, y nos enseña principios importantes que tienen aplicaciones más amplias para la sociedad. Y, aunque a Dios sí le importa que hagamos el bien y que vivamos en amor y armonía, el propósito principal es la redención. Por lo tanto, no podemos pretender que nos hable sobre todo problema social, y nos de la solución precisa a cada problema. En este sentido, la ausencia de una prohibición directa de la esclavitud no es evidencia de que la Biblia no es Palabra de Dios; es evidencia de que la Biblia simplemente no es un libro de reformación social.

 

Segundo, existe una diferencia entre permitir o regular, y aprobar. La verdad es que Dios permite la esclavitud en la Biblia (aunque, como ya expliqué, no es el tipo de esclavitud que nosotros pensamos). Pero, es un error concluir en base de esto que Dios aprueba de la esclavitud, o que para Dios la esclavitud es algo bueno. Existe un principio bíblico conocido como el principio del “acomodo.” Lo que nos dice este principio es que Dios le habla a cada generación de una forma en que ellos puedan entender. Y, en ocasiones Dios permite ciertas prácticas por un tiempo por diversas razones. Por ejemplo, cuando se le pregunta sobre el divorcio, Jesús responde, “Moisés os permitió divorciaros de vuestras esposas por lo obstinados que sois…pero no fue así desde el principio” (Mateo 19:8). Es importante entender que “Moisés” se refiere a la Ley del antiguo testamento, la cual fue dada por Dios mismo.

 

En este pasaje, Jesús está diciendo que Dios, a través de Moisés, permitió el divorcio, pero que esto no es el ideal. Permitir y regular el divorcio no implica que Dios aprueba del divorcio, o que el divorcio sea algo bueno. Al contrario, Dios nos dice que odia el divorcio (Malaquías 2:16). ¿Por qué, entonces, Dios permite algo que odia? Jesús mismo nos dice, “Por lo obstinados que sois.” En otras palabras, por la dureza del corazón del hombre. Existen ciertas cosas que Dios permite, pero no aprueba. Y, entre las razones por la cual las permite es por la dureza de nuestro corazón. Esto implica, entonces, que, para lograr un cambio real en el mundo, no basta con crear leyes y prohibir ciertas prácticas, especialmente si estas prácticas son una parte central de una sociedad. Lo que Dios hace, entonces, es cambiar nuestros corazones para que podamos entender lo que es bueno, verdaderamente, y de esa manera se logra un cambio real en el mundo.


Esto, entonces, es lo que Dios hace con la esclavitud. Es cierto que lo permite y lo regula, pero en ningún lugar nos dice que esto, para Dios, es algo bueno. Debemos entender que la esclavitud en aquel entonces era una práctica bien común, la cual tenía su utilidad en su tiempo. Por ejemplo, la esclavitud en tiempos bíblicos era una manera de pagar deudas. También era una manera de castigar a prisioneros de guerra o criminales (en un tiempo en donde no existían prisiones o cárceles). Y, también era una manera de impedir que una mujer viuda o divorciada tenga que vivir desahuciada por el resto de su vida porque no tenía ciertos derechos que los hombres tenían. En tal sociedad, la esclavitud tenía su utilidad, y prohibirla directamente pudiera crear más problemas que bien. No es necesario que compres este argumento que estoy haciendo sobre la utilidad de la esclavitud en tiempos bíblicos, y es posible que esté errado. Pero, el punto es que, aunque Dios permitió y reguló la esclavitud por un tiempo, esto no implica que aprueba de ella, o que es algo bueno. Simplemente, por la dureza de nuestros corazones, Dios lo permitió por un tiempo, e intentó humanizarla lo más que pudo, precisamente para evitar que se convirtiera en la atrocidad que se practicó en los estados unidos y otras partes del mundo. Solamente ignorando las regulaciones de Dios es que terminamos con ese tipo de esclavitud.

 

Tercero, y esto es lo más importante, aunque es cierto que la Biblia no condena a la esclavitud directamente, debemos de entender que sí nos ofrece las herramientas y los principios necesarios para erradicarla. Nunca debemos de sacar un verso fuera de su contexto, y desligarlo de la teología general de la Biblia, la cual siempre está presente en todo lo que la Biblia nos dice. Por ejemplo, una y otra vez Dios les recuerda a Israel que ellos también fueron esclavos en Egipto por un tiempo (Deuteronomio 5:15), y utiliza esta experiencia para recordarles a que deben de comportarse de cierta forma, y obedecer Sus mandamientos (Deuteronomio 16:12). Por ejemplo, Dios le exhorta a Israel a ayudar y tratar bien al extranjero, al pobre, al oprimido, a las viudas, al huérfano, etc. Y, luego de estas exhortaciones, les dice, “Recuerda que fuiste esclavo en Egipto, y que el SEÑOR tu Dios te sacó de allí. Por eso te ordeno que actúes con justicia” (Deuteronomio 24:18).

 

En otras palabras, el principio teológico que está detrás de todos estos pasajes que nos hablan sobre la esclavitud es que, ellos (Israel) también fueron esclavos, y por tal razón deberían de tratar a los demás (incluyendo a los esclavos) con amor y justicia. Esto implica, entonces, que, aunque la Biblia no nos ofrece prohibiciones explícitas a la esclavitud, si se pone en práctica esta idea de que debemos de tratar a los demás con amor y justicia, nos daríamos cuenta de que la esclavitud va en contra de esto, y nos llevaría a no practicarla.

 

Otro principio teológico que corre por la Biblia entera es el hecho de que todos hemos sido creados en imagen y semejanza de Dios, y por lo tanto todos tenemos el mismo valor innato (Génesis 1:26-27). De hecho, Job apela a esto cuando habla de sus siervos (esclavos), diciendo que ellos le pueden reclamar a él si los maltrata, y que tienen derecho a hacerlo porque, “El mismo Dios que me formó en el vientre fue el que los formó también a ellos” (Job 31:15). Job está diciendo que todos fuimos creados por el mismo Dios, y por lo tanto todos tenemos el mismo valor y derechos humanos. Y, este fue el argumento principal detrás del movimiento por los derechos civiles en los 50-60s en los estados unidos. La idea fue que, las minorías (en particular los negros) merecían los mismos derechos que el resto del mundo porque todos fuimos creados por Dios. Incluso, estas palabras las encontramos en la Declaración de la Independencia de los estados unidos: “Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que todos los hombres son creados iguales, que su Creador los dota de ciertos Derechos inalienables, que entre ellos se encuentran la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad.”


Cuando entendemos que todos somos creados por Dios, y tenemos el mismo valor, jamás practicaríamos algo que viola ese valor, como la esclavitud. Por eso el primer paso que una sociedad toma para oprimir a un grupo de personas es deshumanizarlos, restando su valor, y de esta manera justificar la violación de su dignidad.


Por último, otro principio importante, en particular dentro del cristianismo, es el hecho de que, “Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28). Este principio de la igualdad en Cristo fue uno de los propulsores detrás de la abolición de la esclavitud, y precisamente uno de los versos que se eliminaron de la “Biblia de los esclavos.”


Cada uno de estos principios, y muchos más (amar al prójimo como a ti mismo, por ejemplo), sirven como el fundamento para la abolición de la esclavitud. Y, esto no es mera especulación, sino que literalmente estos fueron los pasajes y los principios utilizados en la abolición de la esclavitud y en la lucha por los derechos civiles. Son los principios, de hecho, que aun hoy día se utilizan para luchar por los derechos humanos, aunque ya no se usa el lenguaje religioso encontrado en la Biblia. Pero, esta idea de que todos somos iguales, y que tenemos cierto valor innato, y que, a raíz de esto, merecemos ciertos derechos humanos, proviene de la Biblia.


Cuando alguien dice que la Biblia no prohíbe la esclavitud, entonces, en cierto sentido tiene razón. Pero, en un sentido más real la Biblia sí la prohíbe cuando entendemos que Dios nos creó a todos por igual, que tenemos el mismo valor, que somos igual en Cristo, que debemos de amar a todos, que debemos de actuar justamente, entre otras cosas. La única manera de utilizar a la Biblia para justificar a la esclavitud es desligando los versos que hablan sobre la esclavitud del resto de la Biblia. Pero, cuando tomamos en consideración lo que la Biblia en general nos enseña, vemos que no es posible, especialmente como cristiano, obedecer a Dios y practicar la esclavitud a la misma vez. Ambas cosas son opuestas.


¿La Biblia aprueba de la esclavitud? La respuesta es, no. En algunos casos, y con ciertos límites y regulaciones, lo permite. Pero, nunca la aprueba, ni nos dice que es algo bueno. Y, encima de esto la Biblia nos da las herramientas y los principios necesarios para poder erradicarla. En este sentido, la Biblia es anti-esclavitud, y esto es algo que los mismos esclavizadores reconocieron, y por tal razón sintieron la necesidad de eliminar estos versos.


No he podido tocar todo lo que tiene que ver con la esclavitud en la Biblia, pero espero que esto sea suficiente como para aclarar el tema un poco, y hacernos entender que la esclavitud no es algo bueno para Dios.

 

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